Correr a alguien a gorrazos significa expulsar a una persona de un lugar o tratarla de manera dura, generalmente porque ha hecho algo que merece ese trato. Esta expresión se usa cuando alguien es reprendido o castigado de forma severa y humillante, a menudo en un tono de burla o advertencia. Es una frase que puede referirse a un castigo tanto figurado como literal, describiendo el acto de echar a alguien de una situación o lugar, “corriéndolo” de manera decidida y sin miramientos.
Este refrán parece tener dos posibles orígenes: uno relacionado con la antigua costumbre de los porteros de hoteles o edificios que, molestos con los que intentaban entrar sin permiso, podrían haber arrojado su gorra de plato como advertencia. La segunda interpretación sugiere una antigua novatada en la que estudiantes o militares nuevos eran “corridos” a gorrazos, es decir, golpeados o expulsados con las gorras de sus superiores o compañeros.
Ejemplo de uso:
- Después de faltar al respeto al profesor, fue expulsado del aula a gorrazos.
- Si intentas colarte en la fiesta sin invitación, te van a correr a gorrazos en la puerta.
Variantes del refrán Correr a alguien a gorrazos
- Sacar a patadas: una forma más literal de describir una expulsión forzada y poco amigable.
- Echar a la calle: una expresión similar que implica sacar a alguien de un lugar sin miramientos.
- De gorra: otro dicho que también emplea la palabra “gorra,” refiriéndose a alguien que busca beneficiarse sin pagar.