Cornudo y apaleado

El refrán cornudo y apaleado describe la situación de alguien que, tras sufrir una primera ofensa o engaño, se ve aún más perjudicado por un castigo o burla adicional. Esta expresión es comúnmente usada para señalar las situaciones en las que, además de enfrentar un problema o traición, la persona sufre una segunda humillación. El significado se aplica a cualquier contexto en el que alguien, en vez de recibir apoyo o consuelo después de una ofensa, es castigado o ridiculizado.

Este refrán tiene un origen literario que remonta a El Decamerón de Giovanni Boccaccio, donde se relata la historia de un marido engañado que es golpeado por el amante de su esposa, quien le hace creer que está castigando a la mujer. Otra versión histórica de este dicho surge de una antigua costumbre en la cual se castigaba públicamente a los hombres que consentían que sus esposas fueran infieles por beneficio propio. Esta humillación pública se realizaba poniéndoles cuernos en la cabeza y obligándolos a desfilar en burro, azotados con ristras de ajos como símbolo de su burla y vergüenza.

Ejemplo de uso:

  • Después de todos los problemas que tuvo en el trabajo, encima le dieron una sanción injusta. Cornudo y apaleado.
  • Ella lo dejó y, además, le reclamó todos los regalos. Pobre hombre, se quedó cornudo y apaleado.

Variantes del refrán Cornudo y apaleado

  • Encima de puta, pongo la cama: expresa la idea de que alguien, además de ser traicionado, soporta otra humillación o complicación.
  • Sobre cuernos, penitencia: variante que se refiere a la acumulación de males o penas sobre una misma persona.
  • Tras cornudo, apaleado y mándanle bailar: versión que añade una humillación adicional tras el engaño, intensificando la injusticia sufrida.


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